domingo, 30 de diciembre de 2007

Dame una señal...


Llegaste casi sin avisar, como aparece todo lo que es hermoso... No me pediste permiso y entraste en mi vida... No sé de la suavidad de tu piel, de tu perfume... No sé de tus caricias, ni de tus besos...

Y muero por saber cómo es uno de tus abrazos...

Me devolviste la posibilidad de soñar, de creer en que existe aún la magia, dos cosas que eran tan mías y que estaban perdidas...

Y ahora, gracias a tí, las he vuelto a encontrar...



... y hay un enorme corazón roto, pero sé que es el mejor de todos...


Black Roses for the Death...


SONETO II



Amor, cuantos caminos hasta llegar a un beso
qué soledad errante hasta tu compañía!
Siguen los trenes solos rodando con la lluvia.
En Taltal no amanece aún la primavera.
Pero tú y yo, amor mío, estamos juntos,
juntos desde la ropa hasta las raices,
juntos de otoño, de agua, de caderas,
hasta ser sólo tú, dolo yo juntos. (...)

Pablo Neruda