No dormir...

Silencio...

Un vacío...
Una duda...
Tristeza en el alma...
El tiempo que se acumula...
Pasado... Presente... Futuro...
Soledad...

Echar de menos...
Miedo...

Más silencio...

Hoy no quiero cerrar los ojos... Hoy quisiera no dormir... Necesito permanecer despierto y aprovechar todo el tiempo...Necesito sentirme vivo, cada minuto, cada segundo... Necesito notar que continúo respirando este aire que, en ocasiones, me llena tanto los pulmones que me ahoga...

Y necesito otro abrazo más...
Y un poco de cariño...

... Déjame agarrar tu mano...

Los ángeles cuando viven su vida como tal, se dedican a observar el mundo, pero sin poder sentir como siente la gente a la que ellos ven, y eso es lo que ansían. Por eso, al conseguirlo, su vida se llena de color, sus rostros pétreos empiezan a reflejar las emociones que les embargan, se sienten uno más, para lo bueno y para lo malo, cuyo devenir depende no de lo establecido, sino de sus propios actos y su interacción con lo que les rodea. Ahora ya no son esos seres superiores, sino otro humano, que es mucho más.

Pero existen ángeles a los que sólo los niños pueden ver, mientras el resto de las personas continúan su vida “normal”, aquella en la que han perdido esa parte de niño tan maravillosa...