Un sueño...
Temo tus besos, dulce dama.
Tú no necesitas temer los míos;
mi espíritu va tan hondamente abrumado,que no puede agobiar el tuyo.
tú no necesitas temer los míos;
es inocente la devoción del corazón
con la que yo te adoro.
"Temo tus besos" (Percy Byshee Shelley)